A las cero horas en punto de este 1 de mayo, los dos trabajadores de Marhnos levantaron las plumillas y los vehículos comenzaron a circular, mientras tocaban sus bocinas.
Eran las 23 horas con 57 minutos cuando los últimos dos trabajadores de Marhnos, empresa que cobró el peaje en la autopista Palín – Escuintla por 25 años, terminaron de desactivar el sistema electrónico que controlaba las plumillas de las casetas para el cobro de peaje y el sistema de cajas.
El último receptor de pagos desconectó su equipo, era custodiado por un guardia. Sus últimos minutos de empleo tenían como fondo bubucelas, consignas y silbatos.
Para ese momento varios vehículos formaron filas en cuatro carriles. Esperaban la liberación del paso para convertirse en los primeros por pasar en la autopista sin tener que pagar a la empresa.
Algunos pobladores de Palín aprovecharon para manifestar su alegría por la eliminación del peaje, incluso algunos, a pesar de estar cerca de casa, llegaron en sus vehículos, con tal de aprovechar el momento y transitar sin tener que pagar.
Otros manifestaron su alegría quemando algunos cohetilllos o soplaban bubucelas y gorgoritos, el reloj ya estaba próximo por llegar a la hora límite y las bocinas de los autos anunciaban con ansias ese momento.
A las cero horas en punto de este 1 de mayo, los dos trabajadores de Marhnos levantaron las plumillas y los vehículos comenzaron a circular, mientras tocaban sus bocinas.
Autoridades ancestrales de la alcaldía indígena de Palín, que llegaron a manifestar su satisfacción por la decisión del gobierno de quitar el cobro de peaje, gritaban consignas como “sí se pudo, sí se pudo”, y “concesiones nunca más”.
Varias unidades de la Policía Nacional Civil (PNC) llegaron al lugar y se apostaron en el trayecto de la autopista, así como agentes de Provial. Ninguna autoridad de Marhnos o del Ministerio de Comunicaciones se hizo presente al lugar.
Rechazan concesiones
“Para nosotros es una fiesta porque sufríamos mucho con el transporte pesado, era a diario, era un calvario”, señaló Edgar Rodríguez, vecino de Palín, que prefirió sacar su auto y salir de casa para llegar a celebrar el fin de la concesión.
“Es un privilegio – ser el primero en pasar – porque nosotros hemos sufrido por 25 años el calvario de pasar dos o tres horas en una cola. La gente de otros lugares tal vez lo ven como algo ridículo, pero ellos no han sufrido lo que nosotros sufrimos en Escuintla y en Palín para pasar”, señaló.
El vecino fue claro en que las concesiones, desde su punto de vista, no benefician las comunidades. “Tenemos que seguir luchando porque no tienen por qué estar privatizadas las carreteras, si son construidas con el dinero de nosotros, de los impuestos”.
Abner Cifuentes fue otro de los guatemaltecos que fue de los primeros en pasar sin hacer el pago del peaje. Él venía de la costa tras hacer unos mandados y decidió sumarse a la celebración de los comunitarios.
“Es algo que va a ser bastante agradable no pagar este servicio. En cierto modo si se dio por 25 años una concesión; sin embargo, ya es justo que el pueblo tenga el control de este tramo carretero y al final esperamos que el gobierno siga manteniendo la carretera”, dijo.