Compañeros de Ramiro García, bombero que murió tras ser embestido por un tráiler, cuentan la historia del socorrista a quien califican como un ser humano ejemplar.
La madrugada de este 1 de mayo, quedará en el recuerdo el bombero Ramiro García, quien era parte del Cuerpo de Bomberos Voluntarios y por cumplimiento a sus principios y amor a su trabajo, murió en un accidente automovilístico cuando iba en su ambulancia, a prestar ayuda en un accidente vehicular.
La primera información sobre el trágico percance lo brindaron los socorristas, quienes contaron que García se dirigía a cubrir un incidente, con las luces encendidas, sirena abierta y tocando la bocina para advertir a los conductores que se dirigía a una emergencia.
Pero las luces se apagaron, en el kilómetro 119 de la Ruta Interamericana, cuando un tráiler no respetó las señales de tránsito y colisionó de frente contra la unidad de García.
En el lugar donde ocurrió el percance, la ruta está en reparación y eso hizo que el conductor del vehículo pesado manejara sobre el carril contrario. Por el peso y la magnitud de la fuerza del camión, la ambulancia en la que se conducía Ramiro García, de 58 años, quedó destrozada, mientras el paramédico quedó atrapado entre los hierros del auto.
Las personas que se encontraban cercanas al lugar de inmediato alertaron a los Bomberos Municipales Departamentales, quienes tuvieron que usar equipo especial para rescatar a Ramiro, quien por la gravedad del golpe ya había fallecido.
Trabajaba por el prójimo
El profesional de la salud tenía 28 años de servicio. Inició su carrera en los bomberos cuando dejó de laborar para una mina. Su meta siempre fue querer dar una atención de calidad y ofrecer su trabajo al prójimo, cuentan quienes lo conocieron.
Durante los años que trabajó para los bomberos, fue ascendiendo, convirtiéndose en el presidente honorífico de la sección de hombres rana del lugar. Fue su experiencia y ayuda a los demás, lo que le hizo merecedor del título.
“La verdad es que era un hombre como pocos, muy responsable, siempre estaba dispuesto ayudar y tenía mucha colaboración con los comunitarios. Buscaba que se les diera el mejor servicio”, comentó el comandante de la 47 compañía de Bomberos Voluntarios, Edgar Mauricio Coroxom Tuc.
Ramiro García iba solo en la unidad, porque en la localidad son pocos los bomberos que laboran en la dependencia.
Entre las anécdotas que contó el comandante Coroxom, resaltó que García era amante de los perros y siempre les compraba comida. Los caninos lo esperaban, porque ya sabían a la hora que él se presentaba a trabajar.
“Hay una perrita negra que seguramente lo va a extrañar, porque era la primera que estaba esperando a García en la entrada a la estación, solo le daba el panito dulce y se iba, pero ahora no habrá nadie que le dé”, aseguró Coroxom.
El cuerpo de Ramiro García será velado en su casa, posteriormente saldrá a que se le rindan honores en la estación de bomberos, para encaminarlo al panteón de la localidad.
García tenía tres hijos, dos hombres y una mujer, todos mayores de edad