Así, la tensión en el Barça se manifiesta no solo en el rendimiento general, sino también en los desencuentros en el campo, como en el caso de Yamal y Lewandowski.
La presión asfixiante que rodea al Barcelona, según las palabras de Xavi en una rueda de prensa, alcanza niveles máximos. El desencanto con el juego se combina con resultados que dejan mucho que desear para la plantilla azulgrana. Este nerviosismo explotó en una escena tensa entre Robert Lewandowski y Lamine Yamal durante el encuentro con el Alavés.
El ex FC Bayern, figura destacada con dos goles, expresó su frustración de manera intensa cuando Lamine optó por disparar en lugar de centrar al segundo palo, donde Lewandowski aguardaba solo en el punto de penalti.
“¡Al segundo palo!”, exclamó el delantero del Barça, evidenciando su disgusto con gestos captados por Cabrodeportes.
Lamine buscó reconciliarse con su compañero, pero en ese momento, Lewandowski no estaba dispuesto a escuchar explicaciones. Este desencuentro, común en el fútbol debido a la tensión del juego, contrasta con la reputación de Lewandowski, conocido por su buena relación con los jóvenes de la plantilla como Gavi, Pedri, y el propio Lamine.
Sin embargo, esa escena no fue la única polémica del partido. En la web, los aficionados señalaron a Iñigo Martínez y Oriol Romeu por posibles infracciones, según sus perspectivas individuales.
Penalti clarísimo de Íñigo Martínez por mano no pitado al Alavés.
El VAR y los árbitros siempre beneficiando al Barcelona.pic.twitter.com/2uIgGx8OOQ
— Lavozgalactica (@Lavozgalactica) November 12, 2023
Martínez enfrentó críticas al minuto 22 por su choque con Samu Omorodion, autor del primer gol. En tanto, Romeu generó controversia en el tiempo de descuento (90+6), aparentemente cortando un centro con su antebrazo.
Penalti por mano clarísima de Oriol Romeu en el minuto 96 no pitado.
El Alavés siendo perjudicado por el Barcelona de Negreira.pic.twitter.com/jlDFKl5yny
— Lavozgalactica (@Lavozgalactica) November 12, 2023
Así, la tensión en el Barça se manifiesta no solo en el rendimiento general, sino también en los desencuentros en el campo. El desafío para Xavi es desentrañar esta compleja red de frustraciones y restaurar la armonía en un equipo que anhela recuperar su grandeza.