El abastecimiento de alimentos a nivel mundial enfrenta un panorama desalentador en 2023.
No se trata de ser alarmistas sino de comenzar el año que comienza con los pies sobre la tierra. El propio secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió recientemente que el mundo está en camino de una “aguda catástrofe alimentaria” y que hay cinco lugares en peligro de atravesar una severa hambruna.
La situación es tan grave que ni siquiera los mimados consumidores de Estados Unidos y Europa se salvarán de ir al supermercado y regresar sin haber comprado todo lo que habían anotado en su lista.
Los analistas describen que hay una conjunción de factores que han creado las condiciones para que ocurra una especie de tormenta perfecta en el sector alimentario. La pandemia del Covid-19 está lejos de ser controlada. La llegada del invierno boral ha desatado una ola de contagios en China que podrían alcanzar los 4 millones diarios, aunque las cifras oficiales rondan los 4.000.
Otro factor que desestabilizó el sector alimentario mundial fue la invasión de Rusia a Ucrania, dos de los principales productores de alimentos del planeta. La guerra interrumpe los procesos de producción y exportación de alimentos como el trigo, el maíz y la cebada, además de que corta el suministro mundial de fertilizantes, indispensables para la agricultura en países con suelos desgastados.
Toda esta situación ocurre en período de situaciones climáticas extremas como las sequías prolongadas en Europa y las inundaciones en Australia. La firma consultora McKinsey pronosticó que la próxima crisis alimentaria podría ser peor que las de 2007 a 2008 y las de 2010 a 2011.
Para que no te agarre desprevenido, aquí te mostramos una lista de los productos que serán más difíciles de encontrar en el supermercado en 2023.
Huevos, fruta, jugo, café ¿..y el pan?
En el último año se han incrementado los costos de sus principales ingredientes.
Esto genera una escasez en la cantidad y calidad del mismo, llevando a esta industria al declive. https://t.co/N8TaCjNpFp
— Gatopardo (@Gatopardocom) December 24, 2022
1. Pan
Rusia y Ucrania producen el 20% de los cereales que se consumen en el mundo. La guerra ha afectado los cultivos ucranianos y su producción disminuirá hasta en un 45 %. Por eso no es de extrañar que las panaderías y grandes fábricas industriales
tengan dificultades para obtener los ingredientes en las cantidades suficientes para mantener su actual oferta panaderaEn Estados Unidos, algunos mercados están recurriendo a su último recurso: racionar una bolsa de harina de trigo por familia. Rich Llahvic, propietario de Montana Gold Bread Company, le dijo a la cadena NBC12 que los altos precios y los limitados recursos limitados han dificultado la producción panadera. No solo habrá escasez de pan sino que también será más caro porque las empresas se verán obligadas a pasar los elevados precios de la materia prima a sus clientes.
2. Aceite de girasol y palma
Ucrania y Rusia son los principales productores de semillas y aceite de girasol, con el 53,1 % y el 19,1 % de la producción mundial, respectivamente. Con la interrupción en las cadenas de suministro de aceite comestible, los precios se dispararon aún más que los precios de los cereales, según la firma Brookings.
Paralelamente, el gobierno de Indonesia prohibió brevemente la exportación de aceite de palma en abril de 2022, lo que sacudió los mercados internacionales porque se trata del primer productor mundial de ese rubro.
“Si los países aplican prohibiciones a la exportación, existe un riesgo significativo de que otros hagan lo mismo, lo que significará que los agricultores no responderán a unos precios de producción más elevados con una mayor oferta, lo que exacerbará y prolongará la crisis para todos los consumidores”, dijo Ian Mitchell, investigador principal de políticas y codirector de cooperación para el desarrollo en Europa del Centro para el Desarrollo Global a la publicación Devex.
3. Maíz
El versátil alimento que amamos en Latinoamérica también podría escasear en los supermercados.
A principios de diciembre, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos recortó las estimaciones de producción mundial de maíz para la zafra 2022/2023, principalmente por la fuerte disminución de los volúmenes en Ucrania y Rusia.
La producción mundial de maíz se reducirá en 6,5 millones de toneladas. De ese total, 4,5 millones de toneladas es lo que dejará de producir Ucrania, menos otro millón que tampoco generá Rusia.
Estados Unidos, China y Brasil son los principales productores del grano y allí también se prevé una leve reducción de la producción por las dificultades climáticas y de acceso a los fertilizantes.
4. Cerveza, alimentos enlatados, comida para mascotas
Es probable que la cerveza no sea un producto esencial de la cesta básica familiar pero seguro que muchos se pondrán nerviosos al enterarse que la cerveza está en la lista de los productos que podrían escasear en 2023.
El principal motivo es la escasez de un ingrediente clave para la elaboración de la popular bebida: el dióxido de carbono, el gas que le da consistencia, que la hace burbujear y que impide que tenga un sabor rancio.
La escasez se debe a que la pandemia ha causado problemas en las plantas de etanol y amoníaco, donde el dióxido de carbono se produce como un producto secundario.
Tampoco ayuda que en Estados Unidos haya escasez de aluminio, necesario para la producción de las latas en las que se envasa y se vende la cerveza.
La escasez del metal se trasladará a todo lo que acostumbras a comprar en latas, como guisantes, salsas, aperitivos y los alimentos para tus mascotas.
5. Champán
El crecimiento explosivo de la demanda mundial de champán, así como los problemas de la cadena de suministro y la logística están contribuyendo a la escasez de la burbujeante bebida.
Los problemas de la cadena de suministro ocasionados por la pandemia han afectado las botellas de champán, los corchos y las etiquetas, mientras que los retrasos en el transporte y la logística han retrasado los envíos.
Los expertos sugieren a los bebedores de champán que prueben variedades menos conocidas que aún se encuentran en las estanterías de supermercados y licorerías.