Rihanna ha condensado su carrera en 13 energéticos minutos de pop electrónico en su actuación del descanso de la Super Bowl, en la que se han enfrentado los Philadelphia Eagles y los Kansas City Chiefs en Phoenix (EEUU).
La artista y más de una decena de sus bailarines han aparecido sobre varias plataformas móviles transparentes, colgadas en el aire y alineadas en el centro del estadio, una original puesta en escena a la altura de uno de los espectáculos musicales más importantes del año por número de telespectadores y por la complejidad del montaje y la retransmisión.
Pero más que el repertorio o la puesta en escena, lo más comentado de la actuación, la primera que Rihanna ofrecía en seis años, ha sido que bajo el holgado mono rojo que vestía se percibía claramente que está de nuevo embarazada. Hace nueve meses fue madre de un hijo con el rapero ASAP Rocky. El mono, por cierto, es un diseño exclusivo de la marca española Loewe.
“Cuando eres madre sientes que puedes conquistar el mundo y que puedes hacer cualquier cosa”, había dicho esta semana Rihanna en una rueda de prensa de Apple Music, patrocinador del evento.
La participación de Rihanna, que no ha tenido ningún invitado y que no ha hecho cambio de ropa, era muy esperada: no solo es una de las mayores superventas musicales del siglo, sino que rechazó actuar en la Super Bowl de 2019 y criticó entonces a la NFL, en la resaca del caso Kaepernick.
Con un repertorio más dancepop que R&B, bailando y ejecutando las coreografías sin ejercitarse demasiado y con algunas partes vocales pregrabadas, Rihanna ha empezado cantando Bitch Better Have My Money, Where Have You Been, Only Girl (In the World), We Found Love y Rude Boy.
Las plataformas en las que estaban Rihanna y algunos de sus bailarines han tocado tierra y a lo largo del campo se ha desarrollado la parte principal de la actuación, en la que también ha interpretado Work, Wild Thoughts (de DJ Khaled), Pour It Up y dos versiones muy especiales, una de Kanye West (All of the Lights) y otra de Jay-Z (Run This Town).
Su actuación ha terminado de nuevo sobre una de las plataformas móviles. La cantante de 34 años ha unido dos de sus mayores éxitos: Umbrella y Diamonds.
Para mantener la relevancia en el pop de hoy, las estrellas necesitan generar estímulos de manera constante: una cascada continua de nueva música y de nuevas fotos y vídeos y de apariciones y de colaboraciones…
Sin embargo, habían pasado más de cinco años desde la última actuación de Rihanna, cuando interpretó una canción en la gala de los premios Grammy de 2018. Desde su último concierto habían pasado más de seis años: fue en noviembre de 2016, en el final de la gira de Anti. Muchísimo tiempo, sobre todo si se tiene en cuenta que la primera década de su carrera fue frenética: publicó ocho álbumes y encabezó siete grandes giras entre 2005 y 2016
Estos últimos seis años sin apenas música han coincidido por completo con la creación y boyante desarrollo de su marca de cosméticos, Fenty Beauty, en alianza con el conglomerado del lujo LVMH. Es en esa próspera empresa donde Rihanna basa su posición actual como mil millonaria, según Forbes (la revista calcula su patrimonio en 1.310 millones de euros).
Actriz más que cantante en estos últimos tiempos, Rihanna publicó en otoño pasado sus primeras canciones en seis años, poco después de ser madre. Born Again y Lift me Up son esas dos novedades, incluidas en la banda sonora de Black Panther: Wakanda Forever: Lift me Up está nominada al Oscar a mejor canción.